“El Eternauta”: Netflix revive el clásico argentino, pero la novela gráfica sigue siendo imbatible

La nueva serie de ciencia ficción ya está disponible en la plataforma, pero para muchos la adaptación no logra igualar el poder narrativo y visual del cómic original de Oesterheld y Solano López, una obra que, además, hoy es un tesoro difícil de conseguir.

Espectáculos03/05/2025Redacción El AustralRedacción El Austral
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La serie “El Eternauta”, estrenada en Netflix este 30 de abril, es todo un acontecimiento para la cultura argentina. No solo porque adapta un clásico fundamental del cómic nacional, sino porque es la primera vez que esta historia de ciencia ficción, con resonancias políticas y existenciales, se convierte en una superproducción con alcance global. Sin embargo, por buena que sea la versión audiovisual, el consejo es claro: si tenés la oportunidad, leé la novela gráfica primero.

Publicada originalmente en forma de tiras entre 1957 y 1959 en la revista Hora Cero, "El Eternauta" fue escrita por Héctor Germán Oesterheld e ilustrada por Francisco Solano López. La historia comienza con una nevada mortal que cae sobre Buenos Aires, matando a cualquier persona que la toque. Un grupo de amigos que jugaba a las cartas queda atrapado en una casa, y desde allí empieza una lucha por sobrevivir, salir a buscar recursos y, sobre todo, entender qué está pasando.

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Con una estética pulp, una estructura narrativa que mezcla el thriller, la política y la filosofía existencial, y un dibujo sobrio pero intensamente expresivo, El Eternauta logró lo que pocas obras latinoamericanas han conseguido: convertirse en un clásico universal del cómic. La edición de lujo publicada en inglés por Fantagraphics en 2015 —hoy agotada y cotizada hasta en 350 dólares— reavivó el interés global por esta obra única.

La serie de Netflix, dirigida por Bruno Stagnaro y protagonizada por Ricardo Darín en el rol de Juan Salvo, mantiene los ejes de la historia: la nevada tóxica, el clima postapocalíptico, la lucha colectiva. Ambientada en una Buenos Aires reconocible pero espectral, la adaptación apuesta por una fidelidad visual impresionante, logrando paisajes urbanos helados que combinan belleza y horror. Sin embargo, también cae en una trampa frecuente de las plataformas: “humanizar” en exceso los personajes con tramas melodramáticas que diluyen el nervio de la historia original.

El resultado es efectivo, pero también predecible: una mezcla entre “The Last of Us” y una telenovela de alto presupuesto. La serie introduce misterios, tensiones familiares y capas emocionales que no estaban en el cómic y que, si bien pueden enganchar a nuevos públicos, le quitan parte de su tono original, más sobrio, filosófico y existencialista.

Oesterheld, desaparecido en 1977 durante la última dictadura militar tras militar en la izquierda revolucionaria, convirtió su figura en leyenda, y El Eternauta, en una obra de resistencia. El compromiso político del autor y su visión crítica del poder sobrevuelan toda la historia, que va virando hacia una alegoría antiimperialista y antiguerra fría. Eso, por ahora, está ausente en la serie, que concluye en un punto medio del relato original, dejando la puerta abierta a una segunda temporada.

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Aunque Netflix pidió no revelar detalles clave —ni siquiera el significado del nombre “Eternauta”—, la novela gráfica, desde su primera página, invita a descubrirlos con claridad y fuerza narrativa. Para quien tenga acceso a una copia, la lectura es insustituible. Y para quienes solo ven la serie, vale la pena saber que lo mejor, quizás, aún está en las viñetas.

 

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